Según una investigación de la Agencia Proceso (Apro),
que cita Lydia Cacho en su libro Los demonios del Edén, la Procuraduría
General de la República (PGR) conoce los vínculos de Miguel Ángel Yunes Linares
con el narcotráfico y el crimen organizado desde 2001, y hasta la fecha no
ejerce acción penal al respecto. Por el contrario, el presidente de la
República, Vicente Fox Quezada, lo nombró en enero del año pasado subsecretario
de Prevención y Participación Ciudadana en la Secretaría de Seguridad Pública
(SSP).
Yunes Linares fue titular de la Secretaría General de
Gobierno en el estado de Veracruz entre 1992 y mediados de 1997, bajo el mando
de Patricio Chirinos Calero, tiempo en el que ambos personajes dieron
protección a Albino Quintero Meraz, miembro del cártel de Juárez. A la muerte
de Amado Carrillo Fuentes, líder de la organización criminal, Albino Quintero
sentó sus reales en los estados de Veracruz y Tamaulipas, hasta que fue
capturado el 2 de mayo de 2002 por el ejército federal mexicano.
Quintero Meraz era propietario de un Lear Jet que le
costó 750 mil dólares y que tripulaba el capitán Arnaiz. Patricio Chirinos y
Miguel Ángel Yunes se lo pedían prestado, y el narcotraficante les pagó quince
millones de dólares por protección del Estado, pues su avión transportaba un
promedio de 800 kilogramos de cocaína en cada viaje de Colombia a Veracruz.
Yunes supo de estas cargas y subió la cuota de protección a 25 millones de
dólares. Con parte de ese dinero se compró un yate de lujo que navega con el
nombre de Fedayin y que alguna vez encalló en las playas de Cancún frente a las
Villas Solymar, donde hacía de las suyas el pederasta Jean Succar Kuri.
La Administración de Drogas y Narcóticos (DEA) de
Estados Unidos y la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) de México, asegura
la Apro, tienen pruebas contundentes de lo anterior en testimonios grabados de
testigos protegidos.
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